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PONGAMOS ROBLEDO EN VALOR (17): El hierro en la arquitectura doméstica robledana

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PONGAMOS ROBLEDO EN VALOR (17)

El hierro en la arquitectura doméstica robledana

Traigo a este Ateneo un tema que normalmente pasa desapercibido. Igual da que nos situemos en una gran metrópoli que en un núcleo rural como Robledo de Chavela. El elemento sobre el que voy a tratar es tan común que estamos acostumbrados a verlo sin mirar. Sin embargo, es tan importante en su concepto de seguridad, arte, ornamento, distintivo de clase social, e historia de la arquitectura, que afortunadamente ha sido objeto de estudios y publicaciones en las últimas décadas para darlo a conocer, ser valorado. Me refiero a los hierros de balcones y ventanas de las casas domésticas.

Aunque existen ejemplos anteriores, no será hasta la Revolución Industrial, en el siglo XVIII, cuando el hierro sea utilizado definitivamente como un elemento ornamental en viviendas, palacios y mobiliario urbano. En la arquitectura doméstica robledana, se encuentra en edificios destinados a ser habitados por diferentes clases sociales en un ambiente rural y tradicional.

El hierro de un balcón o de una ventana puede servir para datar la cronología del edificio donde se encuentra la verja a falta de mayor información. Como todo arte, su trabajo y moldeado sufrió una evolución fácilmente detectable. Es común ver ese avance en la ejecución de los barrotes y su torneado, en la unión de las piezas, en los trabazones y soldaduras, en la propia decoración o ausencia de ésta. Incluso, como la propia arquitectura, el hierro nos cuenta si nos encontramos ante la sencilla casa de un labriego o frente a la de un rico hacendado.

Los hierros de balcones y ventanas en Robledo son, en general, comunes a los de otras localidades, lo cual hace pensar que las herrerías locales contaban con catálogos de forja universales con modelos fácilmente accesibles. Como elementos arquitectónicos, quedan dentro de la tipología de Arquitectura popular y, por lo tanto, debería tener el máximo grado de protección en la localidad.

A falta de un estudio más profundo, el hierro que posiblemente sea el más antiguo de la localidad es el que rellena la ventana de lo que se conserva del antiguo cuartel de la Guardia Civil, edificación ya existente en el siglo XV, y que pertenece al muro de cierre del recinto. La reja está compuesta por siete barrotes verticales trabados mediante nudos cúbicos a tres tramas horizontales. Casi enfrente, en el nº 6 de la Avda. de la Constitución, un edifico recién derribado contaba con una reja de notable antigüedad formada por cinco barrotes cilíndricos machihembrados a un travesero con agujeros pasantes de forma romboidal. Una versión más evolucionada de este último ejemplo se puede observar en las rejas de las ventanas bajas de la casa Camargo, junto al Ayuntamiento (foto).  Podemos observar el sistema pasante de barrotes con las tramas, así como los «clavos» que adornan los remates.

En los edificios situados en la Plaza de Piedita, todos ellos de los más antiguos de la localidad, los hierros de los balcones muestran una austeridad. Los antepechos carecen de rodapié y se estructuran a base de barrotes cilíndricos decorados con tres líneas de anillas a excepción de los dos extremos, que muestran a media altura abultamientos con formas de hojas lanceoladas. La decoración a base de anillas o arandelas es la más común en los hierros de los balcones y se puede encontrar en más edificios del casco urbano (foto del balcón de casa Camargo). Se puede  discernir su antigüedad gracias al detalle de si tienen rodapié (más modernos) o no para evitar la precipitación de objetos.

Si volvemos a la Avda. de la Constitución, el nº 15 posee un hierro en el balcón situado sobre la puerta de entrada que, al menos a día de hoy, es el único ejemplo de decoración goticista con arcos apuntados que recorre el frente superior y los laterales en claro contraste con la ornamentación de los balcones previos. Pese a ello, detalles como el rodapié y la similitud en la sección y forma de los barrotes hacen pensar que este hierro sea coetáneo al de los balcones del nº 13.

Por el contrario, la ornamentación más común en los hierros de los balcones robledanos es la vegetal. Salvo en excepciones en las que se insertarán pequeños detalles florales aplantillados y ramificaciones de tallos y hojas que denotan una mayor elaboración y un gusto más modernista. Ejemplos los hay por todo el casco urbano.

Igualmente, los rodapiés, que siempre muestran una fuerte simetría geométrica, se ornamentan con motivos vegetales formados por volutas enroscadas de diversas formas que dan como resultado interesantes juegos. Esto mismo se puede aplicar a los montantes de las puertas, como el del nº 11 de la Avda. de la Constitución.

He dejado para el final un ejemplo único en la localidad que espero nunca desaparezca. El nº 17 de la calle de la Concepción alberga un edificio con una amplia terraza frontal soportada por tres elegantes columnas de fundición. De factura popular, el delgado fuste se yergue acanalado sobre una base decorada con motivos vegetales para rematar en un delicado capitel con piñas en los ángulos.

Todos estos tipos y características de hierros domésticos se circunscriben a la segunda mitad del siglo XIX y, los más evolucionados, ya a comienzos del XX. En su conjunto global, no distan mucho de los que se podrán encontrar a lo largo de la geografía española debido a su carácter popular. Pero vistos desde un conjunto propio, como particular muestra del patrimonio local, estos hierros deberían tener una mayor consideración y, por lo tanto, el edificio donde se encuentran. De esta forma se podrá mantener la arquitectura popular de los pueblos, la arquitectura popular de Robledo de Chavela.

Fco. Javier de la Fuente Cobos

Presidente de AMIGOS DEL ROMÁNICO (AdR).